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Sitio dedicado a los seguidores de la dieta Dukan y a los que quieren conocer este metodo. Recetas, consejos y más.

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lunes, 11 de octubre de 2010

SEGUNDA FASE DEL REGIMEN DUKAN (FASE CRUCERO O PV (Proteinas+verduras) EXPLICADO

Proteínas puras + verduras : PV)

El régimen Dukan en su segunda fase es una alternancia de un período PP y PV, hasta la obtención del peso deseado. El modelo más frecuente y más eficaz es el ritmo de 5 días PP ordenado de 5 días PV. Hoy en día gracias al seguimiento de personas que han hecho el régimen, el Dr Dukan asegura que la alternancia 1/1 provoca los mismo efectos que 5/5 y además es más llevadera y ayuda en caso de  estreñimiento.

 Todo lo que fue permitido en el régimen de las proteínas puras (primera fase) queda permitido con la misma libertad para las cantidades, los horarios y las mezclas. No cometa el error de alimentarse sólo de verduras suprimiendo las proteínas.

Verduras autorizadas y verduras prohibidas
En lo sucesivo, además de los alimentos proteinados, usted tiene derecho a todas las verduras crudas o cocidas, y sin ninguna restricción de cantidad, de horario o de mezcla. Pues son permitidos tomates, pepinos, rábanos, espinacas, espárragos, puerros, judías verdes, col, setas, apio, hinojo, todas las ensaladas incluido las endibias, las acelgas, las berenjenas, los calabacines, los pimientos morrones y hasta las zanahorias y las remolachas a condición de no consumirlo a cada comida.

Son prohibidos los que son designados como feculentos: las patatas, el arroz, el maíz, el guisante, los garbanzos, las habas, las lentejas, los frijoles. Sin olvidar al aguacate que no es una verdura sino un fruto y, por añadidura, un oleaginoso muy graso.
La alcachofa y la escorzonera, medio camino entre la verdura verde y el feculento deben también ser suprimidos.
 

¿ Cómo preparar las verduras?
CRUDAS
Para todos aquellos cuyo intestino tolera bien las verduras crudas es siempre preferible consumir las verduras en su frescura total y sin cocerlos para evitar la evasión de una buena parte de sus vitaminas.
El problema del aliño. Bajo su aparente inocencia, el aliño plantea uno de los problemas mayores de la dietética adelgazante. En efecto, para muchas personas, crudezas y ensaladas representan la misma base de una alimentación de régimen, poco calórica y rica en fibras y en vitaminas. Lo que es perfectamente exacto, pero es olvidar la salsa de acompañamiento que acompaña siempre esta ensalada..

Así, para tomar un ejemplo simple, en una ensaladera ordinaria que contiene dos bellas lechugas o endibias y dos cucharas soperas de aceite, hay 20 calorías de ensalada y 280 calorías de aceite, invasión insidiosa que explica el fracaso de tantos regímenes a base de ensaladas compuestas en  las cuales se olvida descontar el valor calórico de las salsas.
Hay que también levantar una ambigüedad que concierne al aceite de oliva. Si este aceite mítico y símbolo de la civilización mediterránea unánimemente es reconocido como el aceite de referencia de la protección cardiovascular, no es menos rica en calorías que otros aceites del mercado.
Por todas estas razones, durante toda la fase adelgazante del Plan Protal, es pues fundamental de evitar preparar las verduras verdes y las ensaladas con una salsa que contenga cualquier aceite de mesa.
La vinagreta a la parafina
Es la mejor solución de sustitución a condición de no tener ni ideas preconcebidas ni diarrea crónica.
El aceite de parafina presenta dos ventajas mayores: no contiene ninguna caloría y, lubrificante muy bueno, facilita el tránsito intestinal, y cualesquiera que sean los rumores que usted oirá respecto a este aceite, no lo tenga en cuenta, su uso, hasta prolongado no plantea ningún problema. Su solo inconveniente concierne a su dosificación que, si es demasiado elevada, ocasiona diarreas.
Para evitar este tipo de inconvenientes y disminuir su consistencia un poco más pesada que la del aceite de mesa, prepare su vinagreta con la mezcla siguiente:
- 1 dosis de aceite de parafina
- 1 dosis de agua con gas
- 1 dosis de mostaza
- 1 o 2 dosis de vinagre.
Hay que saber que el vinagre es un condimento que puede desempeñar un papel superior en el curso de todo régimen de adelgazamiento. Sabemos en efecto que el hombre dispone de la percepción de cuatro sabores universales: el dulce, el salado, el amargo y el acido y que el vinagre es el solo alimento del registro alimentario humano que permite esta sensación preciosa y rara del agrio.
Por otra parte, los trabajos recientes también probaron la importancia de las sensaciones de boca, de la cantidad y de la variedad de los sabores sobre la producción de la saciedad.
Sabemos por ejemplo hoy que ciertas especias que abastecen de sabores extremos, particularmente la escarpia, el jenjibre, el anís estrellado, el cardamomo permitan la acumulación de sensaciones poderosas y penetrantes que tienen el poder de elevar la cabida del hipotálamo, el centro cerebral encargado de contabilizarlas hasta la saciedad. Pues es muy importante utilizar tanto como sea posible y a principios de comida toda la gama de estas especias e intentar acostumbrarse a ellas..
Cantidad autorizada de verduras
En principio, la cantidad no es limitada. Pero es aconsejado no sobrepasar los límites del sentido común para desafiar simplemente esta ausencia de restricción. Conozco a pacientes que se instalan y que comen sin hambre, totalmente como si masticarían  chicle. Tenga cuidado a esta tentación, las verduras no son inofensivas, coma hasta satisfacción total del hambre pero no más allá. Esto no convierte en nada el principio de no restricción cuantitativa que está en el corazón del plan Protal; cualquiera que sea la cantidad ingerida, la pérdida de peso se mantendrá pero a un ritmo menos constante y hasta menos alentador.
A propósito de eso, debo advertirle de una reacción frecuente que sobreviene en el momento del paso del régimen de ataque estrictamente proteinado al régimen mejorado por la introducción de las verduras.
Muy a menudo, el adelgazamiento fue espectacular durante la primera fase y luego, desde la introducción de las verduras, el equilibrio parece cuajado y deja de descender y hasta amenaza de una recuperación ligera. No se inquiete, usted no anda por mal camino, pero qué pasa?
En el curso de la fase de ataque, la alimentación limitada solo proteinas desarrolla un efecto poderoso y hidrófugo que, no sólo le ha hecho perder la grasa de reserva, sino que pierde una cantidad fuerte de agua que se estancaba desde hace tiempo en el organismo. Es este efecto que explica la importancia de la pérdida importante que registra la báscula.
Pero tan pronto como las verduras vienen a añadirse a las proteínas, esta agua, artificialmente echada, vuelve lo cual explica este súbito  estancamiento incomprensible. La pérdida efectiva de peso, vinculada a la quema de grasas, persiste, aunque reducida por la introducción de las verduras, pero es camuflada por la vuelta del agua. Un poco de paciencia y desde la reactivación del régimen de las proteínas puras, la gran descarga de agua se ejercitará de nuevo y revelará el peso realmente perdido.
Sepa sin embargo que en este período de régimen alternativo que cumplirá hasta obtener el peso deseado, es siempre la fase de las proteínas sin verduras que reactiva la máquina y que es responsable de la eficacia general. No se asombre pues de ver el peso descender en marchas de escalera, fracasando con las proteínas puras y llegando al límite con la vuelta de las verduras.
¿Qué ritmo debe seguir este régimen alternativo?
Ver entrada “ALTERNANCIA EN FASE DE CRUCERO , CUAL ELEGIR?”

¿ Qué pérdida de peso podemos esperar?
Cuando el sobrepeso es muy importante, del orden de veinte kilos o más, la pérdida obtenida es difícil de fijar por cada semana, pero la experiencia prueba que la pérdida media se establece alrededor de un kilo a la semana.
En la primera mitad del régimen, la pérdida en general es superior al kilo, próxima del kilo y medio a principios de régimen, lo que habitualmente permite perder los diez primeros kilos en un poco menos de dos meses.

Pasados los dos primeros meses, la curva ponderal progresivamente se desvía debido a un proceso metabólico de defensa que le describiré detalladamente en el momento del régimen de consolidación, la tercera fase del plan Protal. La curva aparca un momento alrededor del kilo por semana luego pasa bajo la barra psicológica del kilo con algunos períodos de estancamiento en los momentos de abandono o, en caso de la mujer, en el curso del síndrome premenstrual.

A propósito , hay que saber que el organismo acepta sin demasiada resistencia la pérdida de los primeros kilos.
Reacciona mucho mejor cuando el pillaje de sus reservas se vuelve más amenazador.
Teóricamente, sería pues el momento de reforzar más el régimen. Pero en práctica, es a menudo lo inverso que se produce. Las mejores voluntades acaban a veces por ceder, las tentaciones mucho tiempo reprimidas, las invitaciones diferidas se hacen más insistentes. Pero la verdadera amenaza viene de otra parte. La pérdida de los diez primeros kilos provoca un mejoramiento franco del estado general, la forma, la flexibilidad vuelven, el ahogo desaparece, los complementos afluyen así como la satisfacción de poder volver a usar ropa que no usaba hace años.
Todo se conjuga con  el clásico argumento de "por una vez" y la determinación del principio da lugar a  abandonos , seguidos de toma de peso continuos, de recuperación de peso drástica que crean una situación rápidamente amenazadora y caótica.
Es en tales condiciones que el obeso, hasta ahí victorioso, corre peligro de dormirse sobre sus laureles, estancarse y acabar por abandonar su apuesta. Hay que saber que a medio trayecto, en estas aguas peligrosas del cansancio y de la autosatisfacción propias de todo régimen de adelgazamiento prolongado, un obeso de cada dos cae en esta trampa y se hunde.
 
En este caso, hay tres maneras posibles de evolucionar:
- O abandonar el régimen y zozobrar con complacencia en comportamientos revanchistas y compulsivos pero con un profundo sentimiento de fracaso que conduce a una recuperación de peso muy rápida y un adelantamiento frecuente del peso inicial.

- O dominarse y después de haber encontrado un segundo aliento, volver firmemente al régimen desde el principio y cumplirlo hasta alcanzar el objetivo fijado.
- O sentirse incapaz de ir más lejos pero hacer todo para conservar por lo menos el fruto de su esfuerzo y, por tanto, interrumpir la fase adelgazante del plan Protal para pasar directamente a la fase de consolidación, mucho más diversificada y de duración fácil a establecer (10 días por kilo perdido) luego a su régimen de estabilización definitiva que deja libertad  a la espontaneidad alimentaria con un solo día de régimen proteínas puras a la semana de recuerdo.

¿ Cuánto tiempo debe durar el régimen?
El régimen de las proteínas alternativas es el corazón palpitante del plan Protal. Es a él que vuelve después del principio fulminante del régimen de ataque  hasta la obtención del peso deseado y fijado desde el principio.
Si se considera el caso de una obesidad franca y de un sobrepeso de 20 kg podemos, si el caso no presenta dificultades particulares, esperar obtener esta pérdida en 20 semanas de régimen alternativo, más o menos de cinco meses.
Cuando el caso es más difícil:
- O por razones de tipo psicológico, una voluntad débil, una motivación vaga.
- O por razones fisiológicas, una tendencia familiar a la obesidad.
- O por razones históricas, un trayecto sembrado de fracasos y el uso de regímenes múltiples mal escogidos, mal conducidos o abandonados en el camino.
- O por último en caso de la mujer en el momento de la travesía de las encrucijadas peligrosas de la vida hormonal, en el momento de pubertad caótica con instalación anárquica de las reglas, del embarazo, y sobre todo en el momento de la pre menopausia y la menopausia confirmada y muy particularmente en el momento de instauración de tratamientos de sustitución hormonal sin sutileza.
En todos estos casos, la progresión de la pérdida es ralentizada y pide ajustes particulares. Sin embargo, hasta en estos casos difíciles, el arranque  del régimen inicial es siempre tan contundente así como el ritmo de las dos o tres primeras semanas que vence todas las resistencias y las inhibiciones latentes, lo que proporciona en general una pérdida de 4 a 5 kg.

A partir de allí, los viejos demonios pueden resurgir y reducir el ritmo.
- El sujeto dotado de una predisposición fuerte al sobrepeso pasará en poco menos de un mes bajo la barra del kilo semanal para tener un ritmo aceptable de 3 kg al mes durante dos a tres meses, lo que, acumulado a la pérdida inicial ronda los 15 kg. A este estadio, la pérdida mensual todavía va a reducirse para establecerse alrededor de los 2, incluso 1,5 kg a la semana. La cuestión para ellos es simple: ¿ vale la pena? La mayoría de las veces la respuesta es no. Salvo caso particular de indicación formal a la pérdida de peso tales como una diabetes amenazadora o una artrosis severa e inoperable o una razón personal imperativa, es preferible no insistir para no amenazar el resultado adquirido, tomar su beneficio consolidando luego estabilizando y esperar días mejores  y una vuelta a la calma del organismo para lograr el fin inicialmente fijado. Balance de la operación: 15 kg perdidos en 4 meses de régimen alternativo.
 - El sujeto poco motivado o de voluntad débil es más desfavorecido. Él también perderá sus 4 o 5 primeros kilos y la tentación y el abandono aparecerán en seguida. En el mejor caso, si sus allegados le ayudan , particularmente el médico, es posible esperar una pérdida complementaria de 5 kg en 5 semanas y pasar urgentemente a la consolidación y todavía más rápidamente a la estabilización definitiva que debe a pesar de todo imponer un día a la semana de régimen proteínas puras de por vida, que hay que aceptar obligatoriamente y desde el principio o categóricamente evitar entrar en el plan Protal. Balance de la operación: 10 kg en dos meses y medio de régimen alternativo.

- La mujer bajo desarreglo hormonal excesivo o desordenado es la que es más problemas tiene , a la vez por su fisiología y sus hormonas, y no se puede asegurar que mantendrá mejor la presión del régimen. En su caso, la resistencia al régimen es tal, como  los primeros kilos obtenidos sin mucho esfuerzo por todas las demás categorías de casos difíciles pueden revelarse difíciles de retirarse. Pues es imperativo para ella y antes de empezar su plan Protal de poner orden en su situación hormonal.
Debe saber que la toma de peso ocasionada por la menopausia no es una fatalidad y que si, efectivamente existe un período difícil, pero puede ser superada después de una espera que dura más de seis meses a un año y sólo con la instauración del tratamiento hormonal, si es bien conducido de allí por lo tanto las dosificaciones más ligeras para alcanzar progresivamente la dosis útil, a menudo es el mejor medio de llegar a perder kilos eficazmente. Balance de la operación: sin modificación  ni regulación hormonal especializada, la pérdida de 20 kg puede durar un año y vivirse como un calvario cada día, pero se puede hacer. Con una ayuda especializada bien conducida, la elección de hormonas naturales y el uso a veces necesario de drenantes que facilita las eliminaciones y los edemas irreductibles, 20 kg puede ser obtenido en seis a siete meses de régimen alternativo.
¿ Hay que tomar vitaminas?
Es aconsejado pero no es obligatorio si la duración del régimen es corta. En cambio, si debe extenderse sobre una duración larga, es útil de asociar una dosis diaria de complemento polivitamínicos evitando las dosis fuertes o las aportaciones múltiples que puede ser tóxica. Es más útil prepararse hígado de ternera dos veces a la semana y una cuchara de levadura de cerveza cada mañana y de prepararse buenas ensaladas compuestas a base de lechuga, a base de pimiento morrón crudo, a base de tomate, a base de zanahorias y a base de endibias, tan pronto como las verduras sean autorizadas.
RESUME DEL RÉGIMEN DE CRUCERO
Conservar todos los alimentos autorizados en el régimen de ataque y añadir las verduras  crudas o cocidas, sin restricción de cantidad, de mezcla o de horarios: tomates, pepinos, rábanos, espinacas, espárragos, puerros, judías verdes, col, setas, apio, hinojo, todas las ensaladas incluido las endibias, las acelgas, las berenjenas, los calabacines, los pimientos morrones y hasta las zanahorias y las remolachas a condición de no consumirlo a cada comida. A lo largo de esta fase de crucero, hacer alternar el período proteínas con verduras y período de proteínas sin verduras hasta obtención del peso fijado.
Traducido de : "Je ne sais pais maigrir", Pierre Dukan,2008