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El estrés causado por los problemas, la presión del trabajo, el miedo al futuro hace comer más a menudo, comer entre horas y por tanto engordar. El estrés hace comer más con manifestaciones variables que siguen a la personalidad de cada uno. El mecanismo del estrés “come kilos” es muy simple.
Cuando el estrés llega, el sistema hormonal se embala: secreta más cortisol, una hormona que aumenta el apetito. Comer mucho entonces y de cualquier modo provoca un hipersecreción de insulina.
Comer constituye también un acto ansiolítico: el aporte alimentario es necesario para la subida de la glucemia y para la fabricación de neurotransmisores tranquilizadores como la serotonina o la tiramina. Logramos estar un poco zen después de haber comido.
El estrés entraña a menudo una disminución de la actividad física e impide el gasto energético que podría contrabalancear la ingesta de alimentos suplementarios.
Las personas que producen más cortisol cuando están bajo stress ganan más peso porque tienden a comer más. ¿Por qué? El stress hace que a menudo ansiemos alimentos que causan placer, estos suelen ser comidas con alto contenido de grasa, carbohidratos o azúcar como pueden ser las galletas, las tortas, los helados y el chocolate. Cuando se mastican estos alimentos el cerebro produce sensaciones placenteras y se siente que se ha aliviado la tensión, pero es una impresión temporal.
Debido al papel que juega el stress en el aumento de peso y en la dificultad de perder peso si se tiene altos niveles de cortisol, se debe practicar alguna rutina para aliviar el stress como parte del plan para perder peso, si se quiere tener éxito. Uno de los mejores mitigadores de la tensión y promotor de la pérdida del peso, el aumento de la masa muscular y el incremento de las sensaciones del bienestar es el ejercicio.
http://www.revistafuturos.info/futuros14/obesidad1.htm
